martes, 25 de abril de 2017

La doctrina también mata mujeres

Publicado en El Espectador, Abril 27 de 2017





Fine, Cordelia (2010). Delusions of Gender. The Real Science Behind Sex Differences. London: Icon Books

Fine, Cordelia (2017). Testosterone Rex. Unmaking the Myths of Our Gendered Minds. London: Icon Books

Ghorayshi, Azeen (2015). “How Big Pharma Used Feminism To Get The “Female Viagra” Approved”. BuzzFeedNews, Aug 19

Jimeno, Myriam (2017). “El feminicidio está arraigado en la cultura”. Razón Pública, Abr 23

Lehmann, Claire (2017) “The XX Factor. When gender differences are ignored in health studies, it’s women who pay the price”. www.commentarymagazine.com, March 15


Paglia, Camille (2017). Free Women, Free Men. Sex, Gender, Feminism. NY: Pantheon Books

martes, 18 de abril de 2017

Feminicidios resueltos, en bloque

Publicado en El Espectador, Abril 20 de 2017







French, Marilyn (1992). The War Against Women. Penguin Books

Ruiz-Navarro, Catalina (2017). "Las cosas por su nombre". El Espectador, Mar 15

Thomas, Florence (2017). "Y de nuevo el feminicidio". El Tiempo, Abril 19

lunes, 10 de abril de 2017

La Mariposa y el Castor

Publicado en El Espectador, Abril 13 de 2017
Columna después de las gráficas



Un abismo separa a Simone de Beauvoir de Minerva Mirabal, la feminista dominicana asesinada por Leonidas Trujillo en 1960.

Minerva y sus hermanas Patria y María Teresa, llamadas las Mariposas y ejecutadas por el sátrapa, simbolizan la lucha contra la violencia de género, pero también contra los dogmas y el totalitarismo. Sus cuerpos fueron hallados destrozados en un jeep hundido en un barranco. Las liquidaron con garrote y las metieron en el vehículo simulando un accidente. 

De familia acomodada, profesionales, casadas y con hijos, las Mirabal defendían los derechos de la mujer más allá de las gabelas legales y burocráticas que aceptaban feministas cooptadas por Trujillo. Opositoras de la dictadura, las tres estuvieron detenidas, pero fue Minerva quien realmente irritó al caudillo. En un evento organizado para que bailara con él, de 58 años, la joven de 23 le frenó los avances, le recordó a un amigo comunista pidiéndole que “dejara tranquilo a ese joven tan inteligente y preparado", lo dejó plantado en mitad del salón y, encima, le espetó que detestaba su gobierno. Al día siguiente empezó el hostigamiento oficial a la familia. A pesar de las dificultades que enfrentó como enemiga del régimen, Minerva fue una de las primeras abogadas en República Dominicana. Para su segundo año de universidad misterioamente impidieron su reinscripción. Finalmente obtuvo el título pero no pudo ejercer porque le negaron la licencia. 

En una historia novelada de las Mirabal basada en testimonios de su entorno, la escritora  Julia Álvarez, exilada, indaga sobre la rebeldía de Minerva. Un asunto crítico habría sido la infidelidad de su padre, con implicaciones devastadoras como el sufrimiento y encierro de la familia. En el colegio, Minerva oía historias sobre los excesos del tirano; estableció un paralelo con lo que ocurría  en su hogar y por eso dejó de respetarlo, como a su padre.

Otra feminista más célebre, Simone de Beauvoir -el Castor para su tutor y amante Jean Paul Sartre- también cuenta que los deslices paternales, iniciados con esposas de amigos, la marcaron para siempre. A los treinta y cinco años, su madre dormía con quien le ponía los cuernos y no la determinaba. En medio de frecuentes gritos y escenas, aún en público, la hija siguió queriendo con fervor romántico a ese hombre encantador, poniéndose de su lado. “No culpo a mi padre”, escribió años más tarde, sacando de esos recuerdos familiares una conclusión categórica: “en los hombres, el hábito mata el deseo”. Georges de Beauvoir se aficionó después a las prostitutas; era usual que Simone, al salir para el colegio, se lo encontrara con tufo volviendo del burdel. Esa rutina, anotaría luego, “fue suficiente para convencerme de que el matrimonio de clase media va contra la naturaleza”. 

La Mariposa y el Castor también difieren radicalmente en sus relaciones con el poder y la democracia, que tampoco es un arreglo silvestre. Durante la invasión alemana en Francia, gracias a los contactos de Sartre, la prestante intelectual trabajó para una publicación colaboracionista. Sólo tras la liberación, cuando declararse comunista se volvió la mejor manera de fingir haber hecho parte de la resistencia, la famosa pareja abrazó las ideas marxistas para luego celebrar los regímenes totalitarios de China y Cuba. 

Como les sucedió a estas mujeres, en Colombia la infidelidad paternal es la faceta del machismo que deja mayores secuelas. Este tema, siempre una tragedia doméstica mayor, preocupa bastante poco a feministas de vanguardia, que probablemente descalificarían a Minerva por mojigata. Ante un engaño matrimonial ventilado en los medios hace unos años, Florence Thomas recordó, inspirada en novelistas varones, que “el amor es nómada, precario, frágil, y el deseo es caprichoso, vagabundo y aventurero”. Nubes de mujeriegos, como Sartre, Trujillo, Enrique Mirabal y Monsieur de Beauvoir debieron apreciar el espaldarazo; las mujeres afectadas mucho menos.

En democracia, Minerva hubiera sido una profesional no académica ni burócrata, independiente, dedicada al trabajo y a su familia, defensora de mujeres en los juzgados, realista, poco trascendental, simpática y con sentido del humor: una Gisèle Halimi latina. No creería en la teoría de género ni sufriría con los micromachismos, tal vez no saldría a marchar el día de la mujer, pero tampoco silenciaría los abortos forzados de las Farc, como de pronto sí lo habría hecho por la paz la Beauvoir, faro intelectual del feminismo pero colaboradora del nazismo y seductora de alumnas para endosárselas a su hombre, otro ídolo de barro. 

Muchas mujeres que no se limitan a predicar la igualdad y a divagar con un mundo mejor, sin dotes literarias ni pantalla mediática, rara vez moldean el discurso feminista. Se desperdician su energía, su pragmatismo para diagnosticar y enfrentar problemas de género concretos y, sobre todo, su ejemplo, que requiere principios inquebrantables, escepticismo con las doctrinas y rebeldía ante cualquier forma de tiranía.


REFERENCIAS

Bair, Deirdre (1990) . Simone de Beauvoir: A Biography. Summit Books

Lamblin, Bianca (1993). Mémoires d'une jeune fille dérangée. Balland

Mejía Hernández, Brenda Adriana (2011). “Las hermanas Mirabal: caracterización simbólica En el tiempo de las mariposas de Julia Álvarez”. La Colmena, núm. 70, abril-junio, pp. 41-47. Toluca: Universidad Autónoma del Estado de México

Méndez, Rafael (2012). “Biografia detallada de Patria, Minerva y María Teresa Mirabal Reyes”. Blogspot, Nov 25


Rubio, Mauricio (2011). "La Oda a la Infidelidad de Florence Thomas". Leves Desacuerdos con el FeminismoOct 9

______________ (2013). “Una profesora de miedo”. El EspectadorJul 3

______________ (2015). “La abogada feminista que enfrentó al ejército”. El EspectadorFeb 11


_____________ (2015). “Hijos de macho salen machistas”. El EspectadorNov 15

Sahuquillo, María (2016) “Por qué el día contra la violencia de género es el 25 de noviembre”. El País, Nov 25

Seymour-Jones, Carole (2008). A Dangerous Liaison: Simone de Beauvoir and Jean Paul Sartre. The Random House


Thomas, Florence (2009) “Carta a Robinson Díaz”. El Tiempo, Agosto 4





lunes, 3 de abril de 2017

Una feminista disidente

Publicado en El Espectador, Abril 6 de 2017




“La mujer debe ser maternal y no culpar al hombre por todo”. La frase, digna de cura pueblerino, es de Camille Paglia, feminista atea, pragmática, y azote de la militancia idealista.  


Vivió doce años con una artista y adoptó a su hija; después se enamoró platónicamente de una cantante brasileña casada con otra mujer, pero no soporta el activismo LGBT. Quisiera que la recuerden por una frase: “Dios es la mejor idea del ser humano”. Se hizo famosa con Sexual Personae, una historia cultural cuya conjetura es que las obras maestras de la civilización occidental son producto del miedo de los hombres a la sexualidad femenina. En 1991 escribió en el New York Times: “Madonna. Por fin una verdadera feminista”. 


Ha sido llamada iconoclasta, provocadora, pagana, anti feminista y libertaria liberal. Defiende la eutanasia, el suicidio, la pornografía, la prostitución y el consumo de drogas. Admite que el aborto es un asesinato pero se declara “firme partidaria”. Reconoce que un costo de la liberación sexual fueron las enfermedades venéreas. Son famosos sus debates con académicas a las que critica por no reconocer, como los marxistas, las ventajas de una civilización sin cuyas bases no podrían reflexionar, ni escribir, ni vivir. Encuentra injusto que las feministas desprecien a los trabajadores callejeros y los acusen de querer violarlas, sin reconocer que sus esfuerzos, ajenos a las mujeres, permiten que las ciudades funcionen. Mucho antes de Trump, señaló que para ocupar cargos importantes en la administración las mujeres deberían aprender historia militar. Para ella, un pensador desperdiciado es el Marqués de Sade y Rousseau, padre intelectual de utopías totalitarias y del pensamiento correcto, uno sobrestimado. Sus discrepancias con el discurso progresista surgieron al ver la incapacidad de la cultura contemporánea para liberarse de la palabra escrita y asimilar la imagen visual, universalizada por el cine, la TV y ahora por internet. Compara la lucha feminista contra la sexualidad con los esfuerzos del cristianismo por erradicar el paganismo, condenados al fracaso cuando aparecieron las iconografías y reemplazaron las interpretaciones de las escrituras hechas por prelados. 


Su primer ensayo, resumen de su tesis doctoral, es admirable por el uso precursor y atípico del darwinismo para analizar diferencias hombre mujer. Por esa época, la psicología evolutiva no era una disciplina establecida y las neurociencias estaban en pañales; desde que estudió bellas artes es una evolucionista intituitiva y autodidacta. Observa a los animales para entender comportamientos humanos. Opina que “la biología y la endocrinología han debido hacer parte de cualquier curso de estudios de mujeres. Teorizar sobre género debe partir de esa base”. Todavía fustiga a Gloria Steinem y sus “cohortes estalinistas” por desvalorizar a la esposa y madre frente a la profesional como única mujer libre; repudia su célebre máxima -“la mujer necesita a un hombre tanto como un pez necesita una bicicleta”- no sólo por contraevidente sino por hipócrita viniendo de quien nunca dejó de flirtear con tipos célebres y contrajo matrimonio con uno. Admira a Betty Friedan que, casada y con hijos, buscaba inclusión y acogida para todos. 


Ha sido siempre original y discrepante. Desafía la idea en boga de que feminismo es simplemente otro término para igualdad, afirmación vacua que pasteuriza y trivializa la militancia radical y podría extenderse para blanquear el comunismo, el marxismo, o cualquier utopía. Descalifica la discriminación positiva como “infantilización degradante” de las mujeres. Siente que –salvo en círculos académicos, mediáticos o en la burocracia- las radicales perdieron la batalla y ahora tienen que suavizar su discurso para mercadearlo; por fanáticas y elitistas, las mujeres dejaron de creerles, como lo demuestra la preocupación universal por la moda, la belleza y el cuidado del cuerpo: no caló el uniforme feminista.  


Su darwinismo la separa de prácticamente todas las feministas que, cual creacionistas, rechazan ese paradigma. Su último libro, “Free women, free men” muestra cómo anticipó las incoherencias y secuelas perversas de una doctrina a espaldas tanto de la ciencia como del humanismo. Su obra es  una bocanada de aire fresco, sentido común, realismo, inteligencia, erudición y hasta mamagallismo. Emanciparse requiere libertad y conocimiento, no doctrina y voluntarismo. 


“Biológicamente, el impulso masculino es el movimiento sin descanso; su peligro moral es la brutalidad. Biológicamente, el impulso femenino es la espera, la esperanza; su peligro moral es la estasis. Los andrógenos agitan; los estrógenos tranquilizan. No permanecemos en esos extremos sino dentro del amplio intermedio. Pero la preponderancia del gris no refuta la existencia del blanco y el negro. La geografía sexual, nuestra realidad corporal, altera nuestra percepción del mundo. El hombre está configurado para la invasión, mientras la mujer sigue siendo la oculta, una cueva de oscuridad arcaica. Ninguna legislación o agravio cometido puede cambiar estos hechos eternos”.


REFERENCIAS

Agradezco a Camilo Pachón, también admirador de su tocaya, el link a la entrevista de Fernanda Mena, que me hizo volver a Sexual Personae y seguirle la pista a esta feminista atípica y brillante.


Birzer Bradley J. (2015) “The Mencken of Feminism”, The New ConservativeNov 24

Mena, Fernanda (2015). “Mulher deve ser maternal e parar de culpar o homem, diz Camille Paglia”. Folha de S. PauloAbril 24

Paglia, Camille (1990) “Madonna - Finally, a Real Feminist”. The New York TimesDecember 14


Paglia, Camille (1991). Sexual Personae. Art and Decadence from Nefertiti to Emily Dickinson. New York: Vintage Books

Paglia, Camille (2017). Free Women, Free Men. Sex, Gender, Feminism. NY: Pantheon Books

Patterson, Christina (2012) “Camille Paglia - 'I don't get along with lesbians at all. They don't like me, and I don't like them'”. The IndependentAugust 12


Salai, Sean (2015). “The Catholic Pagan: 10 Questions for Camille Paglia”. AmericaFeb 25


Sunderland, Mitchell (2017). “Camille Paglia Discusses Her War on 'Elitist Garbage' and Contemporary Feminism”. ViceMar 14

Urias, Vienna (2015). “The 10 Best Feminist Quotes of 2015”. Ms MagazineDecember 18


Waggoner, Tim (2008). “Shock: Prominent Feminist Admits “Abortion is Murder” but “I Am a Firm Supporter””. NEWS, Sep 12